La carta retrata a tres
mujeres sentadas a la entrada de una cueva oscura que representa el vientre del
que sale la vida, aquí encontramos a las tres diosas del destino, las Moiras
hijas de la madre noche, concebidas sin padre; Cloto era la que hilaba la rueca
por ser la más joven hace alusión al nacimiento y la etapa de la la
juventud luna creciente, Laquesis la que media es la etapa de madurez,
representa la plenitud de la vida, luna llena, Átropos la tercera es mayor
representa la vejez, la luna que no se ve, y a su lado una
balanza la que corta el hilo o corte del cordón de plata significa la
muerte.
A escogencia caprichosa
de las Moiras están los colores de los hilos que van tejiendo y el diseño que
van a plasmar determinando según su colorido y paisaje el destino del
individuo. La rueda de la fortuna hace alusión muy clara a la frase escuchada
desde niños nacer, crecer multiplicarse y morir. El hilo que las Moiras hilan,
miden y cortan está relacionada con la trama de los tejidos del cuerpo que
tiene lugar en el útero sugiriendo de ese modo que el destino está sujeto a la
herencia y al propio cuerpo. Las tres misteriosas compartían un solo ojo que
compartían lo que las predisponía a la discusión por la posesión de la
visión.
Las cuatro figuras
humanas situadas en la rueda de la fortuna representan diferentes experiencias
de la fortuna que dan un vuelco al proyecto de vida establecido. El hombre que
está en la parte superior de la rueda a catapultado el éxito y permanece
arriba, por la vuelta de la rueda, mientras que el hombre que está abajo
está siendo arruinado por la que él cree que sea "la mala
suerte" no la suerte del todo, sino mas bien la firma visible de algún
plan misterioso que está funcionando. El hombre de la derecha ha iniciado su
ascenso, ayudado por el mismo poder por ese mismo poder oculto que ha
encumbrado a una persona y ha arruinado a otra; mientras el hombre de la
izquierda, en contra de su voluntad, ha iniciado su descenso, porque la rueda
ha dado la vuelta y su suerte se está viniendo abajo.
La rueda de la fortuna
no solo significa las vueltas de la suerte, detrás de la rueda están las Moiras
estas figuras antiguas están dentro de nosotros hundidas en el vientre del
subconsciente, aunque no forman parte de la personalidad consciente. Nosotros
llegamos a darnos cuenta a través de sus efectos externos, que sentimos como el
destino, aunque no proceden de ningún poder externo, sino de dentro, de las
profundidades del alma.
La experiencia de la
rueda de la fortuna es, en realidad una experiencia de ese
"otro" que está en nosotros, que normalmente proyectamos en el mundo
de afuera, echando así la culpa de nuestros repentinos cambios de
fortuna a alguien o a algo fuera de nosotros mismos. El misterioso aro de la
rueda es como el panorama en movimiento de la vida con que tropezamos; pero el
eje queda justo en el centro, una esencia o fuente constante e inmutable. Por
eso el eje es como el "yo" oculto que decide aunque no es una
decisión del yo consciente.
En la historia de los
aztecas se registra la existencia de un templo que rendía culto al sol un rayo
destruye el lugar y la rueda se suelta y empieza a rodar de manera veloz por un
abismo profundo, hasta desaparecer coincidiendo con el suicidio del hijo del Moctezuma Xocoyotzin, y la invasión
española por parte de Cortes, que al ver sus ejércitos con hombres a caballo
que jamás habían visto les dieron un valor apocalíptico y divino, facilitando
su conquista y esclavitud, también la cultura maya le rendía culto a la rueda
de la fortuna, al igual que los egipcios.
También hace alusión al
invento de la rueda por los egipcios de vital importancia en la evolución
humana hasta nuestros días. La rueda de la fortuna indica que el destino del
individuo ya esta trazado la teoría de que cuando el espíritu va a
encarnar de acuerdo a su anterior vida escoge nacionalidad, condición
social, familiar, económica, enfermedades, sexo, y las diferentes personas con
quien compartirá la existencia para bien o mal el Karma y el Dharma.
Más hay algunos
capítulos difíciles y escabrosos de nuestra vida y rueda del existir que
podemos evitar si analizamos con serenidad y calma, las situaciones, si somos
seres bienhechores y caritativos podemos ahorrarnos sufrimiento o karma
(aprendizaje, deuda) y por medio de la oración al espíritu santo pidiendo nos
de la sabiduría y conceda el milagro ganamos el Dharma (beneficio, ganancia)
también los recursos del uso de la lógica aristotélica herramientas de vital
importancia en las decisiones activando la mente cuyo órgano es el
cerebro.
La manera de percibir y
conceptuar al prójimo y el conflicto que ocasiona puede ser visto bajo la lente
superficial que nos ofertan los cinco sentidos y la mente; culpo, critico,
descalifico, rotulo, limitando la energía evolutiva divina y humana, con
ausencia de expiación y perdón, total equivocación e irrealidad, para
convertirse en perecedero y finito.
Mientras la mirada
vista bajo la lente profunda, analítica, e interior de esa diminuta chispa
divina que hay en nosotros, re inventa la historia del prójimo y el conflicto
perdonado por medio de expiación, (ausencia de culpa) y conciliando,
armonizando, compadeciéndose, algo así como ponernos en el zapato del
otro, de esta manera extendemos permitiendo que la energía divina y humana
fluya y reine la verdad viendo a nuestro prójimo con ojos de piedad y nobleza y
de manera sabia acertada real e infinita.
Esta carta nos recuerda
que tanto el planeta tierra al igual que lo que planeamos, construimos y
logramos, es inestable y perecedero todo cambia de un momento a otro se
modifica transforma por leyes cósmicas superiores a nosotros y por decisiones
humanas acertadas o equivocadas.
La rueda de la fortuna
anuncia por eso cambios radicales, siendo la reina y el talismán del éxito
total es de grandes augurios en lo referente a la suerte, el poder, la fama la
gloria, la posesión de bienes terrenales, haciendo alusión a su
titulación "fortuna”, su poder es tan grande que le aminora
significación anulando lo negativo y trágico de cartas difíciles que salgan en la tirada, y en caso de muerte la evita por medio de amparo y protección angelical.
Esta carta simboliza la
rueda del tiempo, todo aquello que debemos realizar en nuestra vida, lo que
creamos en el tiempo oportuno y que más tarde se nos quita de las manos. Se
trata de la fuerza que una y otra vez nos coloca en el camino de nuestro
destino. Nuestras tareas tienen algo de inevitable son en conjunto como
piezas de un mosaico que finalmente conforma la obra de nuestra vida. La rueda
de la fortuna presagia cambios buenos o malos pero cualquiera que sea la vuelta
de la rueda, da origen a un crecimiento y a una nueva fase de la vida.
No podemos predecir que
es lo que nos va a llegar o lo que estamos destinados a encontrar detrás de
estos cambios siempre estarán las Moiras, una imagen de nuestro centro
interior. El loco es derribado de su complacencia empieza el descenso hacia su
propia fuente.
Significados varios de
la rueda de la fortuna: riqueza, bloqueo, enigma, solución, ciclo,
impermanencia, mutación, eterno retorno, comienzo, y fin, cuerpo, corazón,
mente, destino y giros.